PARA Hungría: “esto es una invasión”

Hungría levantó una valla en la frontera con Serbia de 135 km de largo y 4mts de alto, capaz de dar descargas eléctricas, escoltada con cientos de militares, así como más de 1000 “cazadores de fronteras”, guardia local patrullando 24 horas con cámaras de vigilancia, sensores de calor y altavoces listos para decir a los migrantes que si tocan la cerca infringen la ley húngara.

Dispone de una zona de tránsito, donde los solicitantes de asilo tienen casas-container para alojarse en lo que se procesan sus solicitudes. Además, son libres de volver a sus países, en cualquier momento, durante el proceso.

Y es que la guerra de Hungría no es contra los refugiados, como algunos países europeos nos quieren hacer creer, sino contra la inmigración ilegal. Miles de inmigrantes cruzaban diariamente la frontera entre Serbia y Hungría hasta que se levantó la valla.

 

El portavoz del gobierno, Zoltan Kovacs, aseveraba que, a mediados de 2016, alrededor de 100.000 personas habían pasado por Hungría. Al comienzo de septiembre, hubo días donde llegaban 10.000. Pero es que, en 2015, fueron 391.000.

Cuando la valla estuvo acabada, pasaron a contar 870 personas de media diaria, e ilegalmente sólo 40. Curiosamente, pasados 6 meses desde la finalización de la misma, con la detallada información que ahora se recopila de los migrantes q entran por la controlada zona de tránsito, el primer ministro, Orban, ha constatado que ni un solo sirio ha cruzado por allí.

La valla ha costado unos 700 millones de euros. Pero Kovacs asegura que les estaba costando mucho más caro buscar, retener y deportar a los ilegales.

Según Hungría, la votación europea q les impuso acoger inmigrantes va contra las leyes soberanas de su país, por lo que, junto a Eslovaquia, denunciaron a la Unión Europea.

También denuncia que Alemania ha roto el Tratado de Dublín, obligando a todos los países firmantes a aceptar a los inmigrantes sin condiciones. Además, al estar obligados a solicitar asilo en el primer país por el que llegan a Europa, se considera que pierden su condición de refugiados, por estar registrados ya en un país seguro. Lo cual aprovechan otros países para rechazar solicitudes, incluyendo Alemania.

Esta disputa se ha intensificado en otras áreas: la UE ha amenazado con demandar a Hungría después de que ésta decidiera regular las universidades fundadas con dinero extranjero – en particular, una establecida por George Soros (ejem, ejem).

En febrero de 2016, el gobierno húngaro realizó un referéndum entre la población, obteniendo un 98.4% de votos a favor de sus medidas migratorias. Aunque no se consideró válido porque sólo acudió a votar el 44%.