Trump, la política migratoria y los latinos en EE.UU.

POLÍTICA DE TRUMP

El presidente Trump buscará montar un ataque frontal a aquellos aspectos que, en su opinión, son un problema y han ‘debilitado’ a los Estados Unidos. Su agenda incluye reformas o eliminación de cláusulas y acuerdos en comercio internacional; la reducción de la migración ilegal y un cambio en la política migratoria; minimizar las políticas  sociales, como ObamaCare; reconsiderar la política exterior y de defensa actual; y una propuesta de reforma tributaria. Todas estas propuestas tendrán implicaciones para la población migrante en Estados Unidos, y en especial, para la población hispana.

 

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TEMAS CLAVES

En relación al asunto migratorio hay seis temas en los que Trump va a intervenir:

  • Deportación de inmigrantes con un récord criminal y eventualmente de aquellos sin papeles,
  • Autoridad discrecional para eliminar DACA y DAPA, y todas las formas de residencia temporal como el TPS,
  • Eliminar los procedimientos administrativos existentes para lidiar con el arribo de los migrantes provenientes de Centroamérica,
  • Introducir reglamentos en seguridad nacional para combatir amenazas potenciales (entre otros, personas provenientes de países considerados una amenaza terrorista, o basados en un ‘extremismo islámico violento’),
  • Mantener una protección fronteriza mediante la construcción de un muro en la frontera sur, e
  • Imponer tributos a las remesas
  • Sanciones a las ‘ciudades santuarios’.

 

DEPORTACIONES CRIMINALES

Trump ha prometido deportar entre dos y tres millones de migrantes, aunque quizás clarifique que, en sus primeros 100 días, empezaría con números más pequeños.

La deportación lleva consigo un peso populista, pero no cuenta con todo el apoyo del Congreso y la opinión pública es favorable a una reforma migratoria pero se divide en torno a las deportaciones. La pregunta es qué acción política, o herramientas de Acción Ejecutiva tiene Trump a mano para llevar a ordenar deportaciones masivas.

Hay que valorar qué tan fuerte es el capital político del equipo en el cual se está apoyando. ¿Cuenta el equipo de Trump con el apoyo de todos los Republicanos? ¿Qué tipo de divisiones en torno a la migración hay al interior del partido? ¿Hasta dónde están dispuestos a pelear los Demócratas?

El partido Demócrata tiende a oponerse al principio, pero después concede con el tiempo, pues hay una falta de resiliencia ideológica al interior del partido, en parte debido a su propia naturaleza. ¿Está el partido preparado para ser más resistente en un momento en el que asuntos fundamentales de la política americana se encuentran en riesgo? ¿Estarían listos para la batalla en el terreno de la migración? En general, modificar la posición de Trump es poco probable, aunque él busque algún tipo de compromiso en cuanto a una reforma migratoria.

El escenario realista: Obama deportó 350,000 migrantes cada año (40% de los cuales tenían un récord criminal). Trump ha prometido triplicar el número de agentes en ICE. Siendo realistas, lo que Trump podría hacer es reordenar al personal de ICE en unidades de implementación o aplicación de la ley. Esta medida implicaría un reordenamiento de un 10-20% del personal dependiendo de la oposición burocrática interna, lo cual le daría lo que necesita para demostrar que su promesa de aplicar la ley migratoria y revertir el legado indulgente de Obama es real.

Las consecuencias: Una consideración que hay que tener en mente es que Trump no puede deportar legalmente a las personas con base en su nacionalidad, sino con base en sus ofensas legales. Por tanto, las propuestas de Trump tienen implicaciones para todas las naciones, incluyendo los miles de haitianos que han llegado a Estados Unidos por razones económicas, o los centroamericanos que escapan de la violencia. Si Trump elige deportar a migrantes sin récord criminal (los migrantes indocumentados con violaciones administrativas) sus recursos para implementar esta medida son aún más limitados. Las eventuales deportaciones y la reducción en el número de arribos a Estados Unidos afectarán las transferencias de remesas en un año a partir de ahora. Los efectos serán particularmente fuertes para México y los países centroamericanos.

ENFOQUE TRUMP

El enfoque de Trump consiste en actuar en todos estos frentes con base en un cálculo: su influencia vis-a-vis los costos políticos. Su interpretación del paisaje político le permite actuar mediante una estrategia de tres ejes: primero, utilizar una retórica populista; segundo, construir alianzas entre los Republicanos del Congreso; y, tercero, aplicar sus propios métodos en conjunto con sus asesores y sus medios. Sus acciones contra los migrantes le podrían ganar apoyo político dentro de un contexto difícil en su gobierno, pues el Congreso, aún bajo control Republicano, no está unificado al 100% en torno a la política migratoria o al presidente.

Solicitudes de asilo de los centroamericanos

Trump busca eliminar los procedimientos administrativos para llevar a cabo deportaciones inmediatas.

Este es un asunto alrededor del cual hay consenso es el sistema de las cortes migratorias y su incapacidad para enfrentar los miles de casos de asilo que se han multiplicado en años recientes. Más de 200,000 niños provenientes de Centroamérica han solicitado asilo en Estados Unidos desde el año 2009. Pero la burocracia para manejar estos casos ha sido lenta: hasta octubre del 2016, 75% de los casos (familias y menores no acompañados) no habían sido atendidos. Las cortes tienen más de 500,000 casos pendientes y un inmigrante tiene que esperar 678 dias para aparecer ante un juez. Será difícil llevar a cabo deportaciones inmediatamente (en el caso de los menores no acompañados).

La Ley de Protección a Víctimas de Tráfico del 2008 estipula que menores no acompañados deben aparecer ante un juez de inmigración para solicitar asilo o permiso de permanecer en los Estados Unidos antes de ser deportados.

El escenario realista: La presidencia de Trump podría modificar estos procedimientos y convertirlos en órdenes de deportación expedita, pero el proceso legal sería difícil y costoso.

Las consecuencias: Las medidas implementadas hasta ahora, como las cortes expeditas para los casos de Centroamérica (rocket-dockets) han acelerado los casos de estos países, pero a expensas de la representación: las personas cuyos casos fueron acelerados, por lo general, llegan a la corte sin representación legal.


Trump cede ante la Justicia y suaviza su orden contra inmigrantes musulmanes

06/03/2017 20:44

 

Donald Trump ha tenido que dar marcha atrás. Treinta y ocho días después de emitir la Orden Ejecutiva en la que prohibía la entrada en Estados Unidos de personas de siete países de mayoría de población musulmana, el presidente de EEUU ha emitido un nuevo y mucho más moderado decreto. La razón es simple: la Orden Ejecutiva del 27 de enero apenas estuvo en vigor ocho días. El 4 de febrero, un juez ordenó su suspensión, y tres días después el recurso del Gobierno fue rechazado por la Justicia.

El nuevo proyecto tiene muchas probabilidades de sobrevivir a los retos que le planteen en los tribunales. Por un lado, mantiene la cancelación de visados de entrada en EEUU durante 90 días, a partir del 16 de marzo, a las personas de varios países de mayoría de población musulmana a los que califica de "alto peligro en materia de terrorismo". También preserva la suspensión de los visados de refugiado durante 120 días. Al cabo de esos 90 y 120 días, respectivamente, la Orden será revisada, y se decidirá si esas disposiciones se mantienen o no. Asimismo, el edicto reduce de 110.000 a 50.000 el número de refugiados que EEUU aceptará cada año. Pero cede en cinco aspectos fundamentales.

La concesión más obvia es el número de países afectados: Siria, Libia, Yemen, Somalia, Irán, y Sudán. Irak, que estaba en la primera Orden, se ha caído, oficialmente porque ha mejorado su colaboración antiterrorista con Washington, aunque la razón real es que las Fuerzas Armadas estadounidenses que combaten en Irak no pueden conseguir intérpretes o simplemente, personas dispuestas a trabajar con ellas si no les pueden ofrecer asilo en EEUU a cambio.

 

El segundo cambio es que la Orden no se aplica a quienes son residentes legales en EEUU o tienen un visado para entrar en el país expedido antes del 27 de enero. La resolución inicial incluía a residentes -una medida que provocó un enorme caos, y tuvo que ser derogada en 72 horas-, y a personas con visado. La tercera diferencia es que la Orden entra en vigor en 10 días, mientras que la anterior fue de aplicación inmediata, lo que provocó caos en los aeropuertos y escenas increíbles de viajeros de esos países con todos los papeles en regla que, al llegar a EEUU, se encontraban con que no podían entrar en el mismo país que les había dado el visado para, en ocasiones, actividades tan sospechosas como recibir tratamiento médico.

 

Con respecto a los ciudadanos de Siria, Trump, que antes les había prohibido indefinidamente recibir estatus de refugiados, les deja igual que a las personas de las otras cinco nacionalidades. La quinta diferencia es que desaparece la discriminación por religión, ya que la Orden del 27 de enero daba preferencia personas de esos siete países que pertenecieran a "minorías religiosas", es decir, que no fueran musulmanes. Aun así, la norma establece la creación de una lista de "crímenes de honor", definidos como "violencia de género llevada a cabo contra mujeres", siempre que ésta sea llevada a cabo por extranjeros y no por estadounidenses.