Uruguay revoluciona la política de drogas mundial con la venta de marihuana en farmacias

 

El país con mayor tradición liberal de América arranca un proyecto vanguardista controlado por el Estado desde el cultivo hasta la distribución

 

En: https://elpais.com/internacional/2017/07/01/america/1498915815_792114.html 

 

Tenía que ser Uruguay. No es casualidad que el primer país del mundo en el que el Estado se encarga de controlar el cultivo, empaquetado y venta legal en las farmacias la marihuana —un proceso que arrancará en la primera quincena de julio— que todos los demás de su alrededor prohíben y combaten sea esta pequeña nación de tres millones de habitantes, gobernada desde 2005 por una izquierda tranquila que ha logrado un récord histórico de crecimiento ininterrumpido de la economía. Uruguay ya fue pionero en América Latina en abolir la esclavitud, aprobar la enseñanza laica, el divorcio, legalizar la prostitución. La separación de la Iglesia y el Estado tiene más de 100 años. Todo llega antes aquí. Y casi siempre marca el camino a los demás 

Tienda de venta de productos relacionados con el consumo de marihuana en Montevideo, Uruguay.

“Yo consumo desde los 15 años y jamás había tenido marihuana de tanta calidad, tan barata y tan fácil. Ya nadie tiene que ir a la villa a conseguirla. A los traficantes ya no les interesa la marihuana, no les deja dinero. Van a otras drogas. Cuando veo los problemas que hay en otros países para fumar me considero afortunado”, sentencia Lucas López, un consumidor que ha decidido convertir su afición en profesión: ha puesto una tienda de objetos de todo tipo para fumar marihuana en la avenida 18 de julio, en pleno centro de Montevideo. Tiene carteles enormes en varios idiomas que dicen “aquí no vendemos marihuana”, pero

es igual: entran a cada rato turistas que quieren comprar.

a legislación es muy clara: solo los uruguayos pueden cultivar en sus casas y podrán adquirir la oficial en las 30 farmacias que ya están listas para vender, a 1,30 dólares (1,13 euros) el gramo, mucho más barata y mejor que en el mercado negro. Los que se registren solo deberán poner su dedo en un dispositivo en la farmacia.

La máquina les reconocerá como usuarios y comprobará que no han comprado ya el límite legal -10 gramos por semana-. Es la fórmula para controlarlo garantizando su anonimato —el farmacéutico no conoce el nombre— y también para dejar fuera a los extranjeros. El país, que ya es una potencia turística, quiere que vengan por las playas, no por la droga. Esta experiencia piloto, única en el mundo –hay otros países donde se vende legalmente, pero en ninguno es el Estado el que controla todo el proceso, incluido el diseño genético de las plantas, que compró a una empresa española- está pensada para sacar del mercado ilegal a los 160.000 uruguayos que en algún momento del año fuman marihuana, y para quitarles a los narcos un negocio de 30 millones de dólares que provoca violencia e incluso muerte en un país poco

acostumbrado a la inseguridad que asola toda Latinoamérica.

Todo empezó en 2012, recuerda Julio Calzada, entonces responsable de la política de drogas y máximo inspirador de la ley que regula todo este inédito proceso. Gobernaba José Mujica, más seguido fuera incluso que dentro de su país, donde sigue siendo senador a sus 82 años. La tranquila Montevideo, una ciudad de poetas y cafés, se despertó conmocionada con un vídeo en el que se veía cómo un menor asesinaba a sangre fría de un tiro a un trabajador de La Pasiva, una conocida pizzería, durante un robo. El hombre tenía cinco hijos. Otras dos muertes violentas en ajustes de cuentas entre narcotraficantes en la misma semana causaron tal escándalo que Mujica dio paso a un proceso que culmina ahora para cambiar por completo la política de drogas y legalizar la marihuana.

 

 

Cinco años después, la cosecha, que ha crecido en unos invernaderos protegidos por el Ejército para evitar robos, está lista y empaquetada,

y las farmacias preparadas para venderla en un máximo de dos semanas.

Algunos tienen miedo a lo que pueda pasar. Las farmacias han instalado un “botón del pánico” para llamar a la policía. Pero los expertos coinciden: todo será tranquilo, a la uruguaya

Tampoco pasó nada cuando se autorizó el auto-cultivo. Más de 6.000 personas están registradas y han llenado los balcones y los jardines de Montevideo con las inconfundibles plantas, tan visibles que ahora el problema son los robos en época de cosecha. “Antes nos escondíamos de la policía y ahora de los drones”, bromea Laura Blanco, directora del centro de cannabicultores Gaia. Tampoco generaron problemas los clubes cannábicos, que son grupos de consumidores que se organizan para pagar a jardineros que cultivan para todos. Cuestan más de 100 dólares mensuales de cuota a cambio de los 40 gramos permitidos, 480 anuales. “De momento hemos sacado al menos a 12.000 personas del mercado ilegal. Eso ya es un éxito. Y seguirá creciendo”, presume Calzada, el ideólogo de la ley.

“Nos costó organizarnos para una cosecha constante pero ahora funciona perfecto, hemos conseguido que ninguno de nuestros socios dependa del mercado negro, es un cambio histórico en Uruguay y en el mundo”, cuenta Martín Gaibisso, fundador de uno de los primeros clubes. En Uruguay empieza a haber marihuana de alta calidad por todas partes.

Se fuma en los parques sobre el Río de la Plata, en las terrazas de los restaurantes, se ha normalizado por completo. Despacio, sin prisa, al estilo uruguayo, el país está mostrando al mundo las consecuencias de

aplicar otra política frente a las drogas, al menos las blandas.

El siguiente paso, con el que ya sueñan muchos, es convertirse en una potencia de cultivo de marihuana pero no recreativa, sino medicinal, el gran negocio mundial ahora que varios países, también en Latinoamérica, están aprobando su uso. El Gobierno de Tabaré Vázquez, mucho más moderado que Mujica, aunque del mismo partido, se resiste a ir más lejos, y eso que es médico. Pero hay tanto consenso que no se animó a parar la ley. Solo retrasó la venta en farmacias, que ahora ha aceptado.

Se distribuirá una marihuana más suave que la que se cultiva en casa, para evitar sustos a consumidores ocasionales, pero más fuerte y mucho mejor que el “prensado paraguayo” que se consigue en las calles.

 

Leer la noticia completa en: 

https://elpais.com/internacional/2017/07/01/america/1498915815_792114.html

 

 

¿Es Uruguay la nueva Argentina del narcotráfico?

Escrito por Michael Lohmuller. Martes, 24 Mayo 2016

 

Disponible en: http://es.insightcrime.org/noticias-del-dia/es-uruguay-la-nueva-argentina-del-narcotrafico

 

El reciente arresto de personas vinculadas a la organización criminal mexicana Los Cuinis ha llamado la atención sobre la presencia del crimen organizado en Uruguay y sobre el papel de los narcotraficantes extranjeros en el deterioro de los indicadores de seguridad del país. Un informe del diario uruguayo El Observador describe el crecimiento de la violencia y la delincuencia en Uruguay en los últimos años, lo que indica que las advertencias de las autoridades en cuanto a la evolución criminal son en gran parte ciertas. Por ejemplo, las estadísticas sobre las incautaciones de drogas respaldan las predicciones de los agentes de seguridad locales según las cuales Uruguay se convertiría en una nación de tránsito para el tráfico de cocaína hacia Europa. Según El Observador, en 1991 se decomisaron 10 kilogramos de cocaína, mientras que en lo que va de 2016 se han incautado 135 kilogramos. Alrededor de 1,5 toneladas fueron confiscadas en 2013.

 

El incremento del tránsito de drogas también ha contribuido al aumento en el consumo de drogas en Uruguay. Citando datos de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes, El Observador informa que Uruguay tiene actualmente la tercera tasa de consumo de cocaína en Suramérica, después de Chile y Argentina. Estas tendencias se han visto acompañadas por un aumento en la violencia, dado que los grupos criminales compiten por los mercados locales de la droga. El Observador señala que anteriormente las tasas de homicidios en Uruguay mostraban un comportamiento constante, con entre 180 y 190 asesinatos por año, pero que en 2015 hubo 289. El Ministerio del Interior de Uruguay atribuye un tercio de los asesinatos ocurridos en 2013 —alrededor de 80— a disputas entre grupos criminales, conocidas coloquialmente como “arreglos de cuentas”. Por ejemplo, el 19 de mayo la policía descubrió los cuerpos torturados y desmembrados de dos adolescentes que habían desaparecido desde agosto de 2015.

 

Dichos crímenes suelen ser cometidos por asesinos a sueldo, algo que según los funcionarios rompe con las tendencias tradicionales de la violencia en Uruguay, donde los homicidios han sido tradicionalmente el resultado de disputas domésticas o robos a mano armada que resultan fatales.

El microtráfico y la violencia se aumentan por la presencia de experimentados delincuentes extranjeros —entre los que se encuentran narcotraficantes de México, Colombia y Brasil— en el sistema penitenciario de Uruguay. Tales reclusos traen con ellos importantes contactos criminales y métodos que son transmitidos a otros reclusos y aplicados localmente.

Esto se refleja en parte en la tasa de reincidencia de los presos liberados en Uruguay, estimada en 60 por ciento. Según El Observador, el ministro del Interior de Uruguay, Eduardo Bonomin, dijo que la mayoría de los presos liberados que reinciden cometen delitos más violentos que aquellos por los que fueron condenados inicialmente. Por fuera de las cárceles, las autoridades uruguayas también temen que el aumento en el número de narcotraficantes extranjeros que visitan o residen en lugares como Punta del Este puede llevar a violentos enfrentamientos criminales como los que se han presentado en ciudades como Acapulco, México.

 

Análisis de LA SITUACIÓN

 

La presencia de narcotraficantes extranjeros en Uruguay ha llamado la atención tras el arresto, el pasado mes de abril, de 11 personas vinculadas a la organización criminal mexicana Los Cuinis, que al parecer son aliadas del poderoso Cartel de Jalisco Nueva Generación (CJNG). Entre los detenidos se encuentra Gerardo González Valencia (hermano del líder de Los Cuinis, Abigael González Valencia), quien supuestamente estaba lavando dinero a través de bienes raíces en Punta del Este. Sorprendentemente, se informó que Gerardo había estado viviendo en Uruguay desde 2011.

 

VEA TAMBIÉN: Cobertura sobre la migración criminal

 

Se sabe que criminales mexicanos y colombianos en busca de refugios donde realizar sus negocios sin levantar sospechas se han instalado en países del Cono Sur, particularmente en Argentina. Sin embargo, dado que la violencia relacionada con las drogas ha aumentado en Argentina en los últimos años —en parte como resultado de la presencia de criminales extranjeros—, puede que los narcotraficantes extranjeros sean atraídos por la relativa calma del vecino Uruguay.

De hecho, que un narcotraficante mexicano tan reconocido haya logrado residir en Uruguay por tanto tiempo y evitar ser arrestado es un indicio del atractivo de Uruguay. A pesar de que su pequeña población, de unos 3,5 millones de habitantes, impide que llegue a ser un gran consumidor de drogas, Uruguay ofrece acceso a oportunidades de lavado de dinero, así como enlaces a los mercados de la droga al otro lado del Atlántico y en sus vecinos Brasil y Argentina.