El terrorismo golpea Indonesia

Por: Rodrigo Chávez Fierro

Otro ataque terrorista se registra en la semana. Ahora tocó el turno a Indonesia. En su capital, Yakarta, se realizaron disparos y explosiones en contra de la población civil el jueves por la mañana mientras la mayoría de los habitantes estaban por entrar a su lugar de trabajo.

 

Indonesia es de los países con más usuarios de redes sociales por lo que la noticia fue divulgada a gran velocidad. Como es habitual en esos medios, los rumores de otros atentados resultaron falsos. Al final, el ataque fue a pequeña escala. Un reducido grupo de terroristas lanzó granadas y disparó en una de las calles principales antes de ser eliminados por la policía. Las explosiones se centraron en Thamrin Street, una importante zona comercial y de negocios cerca de las embajadas y oficinas de la ONU.

 

El objetivo del atentado parecía ser un puesto de policía. Dos civiles fallecieron y al menos cinco terroristas. A pesar que el ataque fue a pequeña escala en comparación con los de París, San Bernardino, Ankara, Estambul, Beirut, Bagdad y tantas otras ciudades en el mundo, sí tuvo el éxito que buscan los ataques terroristas: sembrar el miedo.

 

Para tomar en cuenta, Indonesia es el cuarto país más poblado del mundo con 250 millones de habitantes que viven a través de miles de islas que conforman un archipiélago. Cerca de 200 millones son musulmanes, pero Indonesia es una democracia secular. Aunque como en otras partes del mundo, la democracia y el secularismo son puestos a prueba de forma regular por grupos radicales conservadores y la corrupción. Yakarta es un enclave del cosmopolitismo con gran vida nocturna como Berlín o Nueva York.

 

El último ataque terrorista que se registró en Indonesia de forma importante fue en 2009 cuando se ejecutaron ataques coordinados en contra de dos grandes hoteles en el centro de Yakarta. El peor ataque terrorista en el país tuvo lugar en 2002 cuando terroristas suicidas atacaron una discoteca en Bali matando a 202 personas. Desde entonces las autoridades indonesias, con la ayuda de las agencias de inteligencia australianas y estadounidenses, han seguido con diligencia desmantelando grupos terroristas locales e internacionales que operan en el país. Jemaah Islamiyah, que llevó a cabo los atentados de Bali y que una vez fue una amenaza temida, es hoy en día una sombra de lo que fue.

 

El grado en que el Estado Islámico ha penetrado Indonesia está sujeto a debate. El grupo terrorista se atribuyó la responsabilidad por el ataque. Lo que no queda claro es si el ataque fue inspirado en el Estado Islámico o si fue coordinado por el grupo; son dos cuestiones muy distintas a tomar en cuenta. Las autoridades policiales dijeron que los ataques se originaron a partir de una célula del Estado Islámico en Solo, en la principal isla indonesia de Java, y habían estado en contacto con los terroristas en Siria.

 

Para el presidente Joko Widodo, que ya está lidiando con una economía moribunda, la reaparición del espectro del terrorismo complicará sus intentos de pintar el país como la modernización de la nación que está abierta a la inversión. La nación de mayoría musulmana de alrededor de 250 millones en la actualidad trabaja en una importante reforma de las normas a la inversión extranjera para atraer más empresas en el extranjero “, escribe Tom Wright para el Wall Street Journal.

 

Lo que es cierto es que el grupo terrorista no ha tenido un gran impacto en reclutar militantes en Indonesia. Comparativamente, pocos indonesios se han integrado a la lucha de ISIS en Siria. De acuerdo con Pew la mayoría de los indonesios no están de acuerdo con el Estado Islámico, incluso son sujetos de broma en la prensa indonesia. El gobierno de Yakarta se ha abstenido de involucrase en los conflictos de Irak y Siria.

 

Los indonesios han demostrado ser difícil de doblegar. Han padecido una gran cantidad de desastres naturales devastadores, incluyendo el terremoto de 2004 y el tsunami que mató a más de 170,000 personas. No obstante a ello, Bali, un importante destino turístico, se ha recuperado de los ataques terroristas en dos ocasiones.

 

La respuesta a la tragedia del jueves será igualmente superada. Haciendo uso de las redes sociales, los indonesios se manifestaron mediante el hashtag #KamiTidakTakut, que significa “no tenemos miedo”. Y como muestra del espíritu de Indonesia, los vendedores de comida en la capital volvieron a sus puestos de forma inmediata cerca de los lugares del ataque una vez que los tiroteos parecían haber terminado.

 

Fuente: Global Post, Council of Foreign Relations y Wall Street Journal.

 

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