Camboya: en lucha desde hace siete años para recuperar las tierras


Keo Chhorn aún recuerda el día, en 2006, en que los trabajadores llegaron para a arrasar su granja. “La primera vez que supe que había una problema fue cuando oí las excavadoras limpiando nuestro campo”, recuerda. “La gente del pueblo nos reunimos y tratamos de parar las máquinas, pero no lo conseguimos”.


Hasta entonces, Keo, su mujer y sus seis hijos cultivaban una parcela de siete hectáreas a menos de una milla de su casa, en el distrito de Ser Ambel, en el suroeste de Camboya. Ellos cultivaban sandía, arroz y anacardos. “Yo era muy feliz… y nunca tenía que preocuparme de tener suficientes alimentos para comer”, dice Keo.

Entonces, dos empresas, ambas propiedad del gigante tailandés del azúcar Khon Kaen Sugar Co Ltd (KSL), sacaron a la familia de Keo y a otras 455 de sus tierras, sin ninguna consulta ni permiso, para crear una plantación de azúcar de 44.000 hectáreas.
Siete años después, Keo, que ahora tiene 63, lucha para ganarse la vida. “Es muy duro encontrar trabajo para mantener a la familia, para alimentarlos y enviar a mis hijos al colegio”, dice. “Antes comíamos tres veces al día, pero ahora solo dos veces”.

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Una batalla legal de siete años

Igual que mucha población rural de Camboya, Keo y su familia no tenían un título oficial sobre la tierra. Sin embargo, ellos y otros tienen evidencias documentadas que muestran que han vivido y cultivado la tierra durante años. Los miembros de la comunidad dicen también que ellos invierten en la limpieza del bosque de la tierra, convirtiéndose en aptos propietarios bajo la ley del país.

Hoy, 200 familias, incluida la de Keo, siguen luchando para volver a su tierra. Su lucha les ha llevado desde el Tribunal de Camboya hasta la Comisión Internacional tailandesa de Derechos Humanos, y recientemente, al Tribunal Supremo del Reino Unido.

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https://www.oxfam.org/es/paises/camboya/camboya-en-lucha-desde-hace-siete-anos-para-recuperar-las-tierras

Camboya, pobreza y desigualdad "frenan el desarrollo del pueblo, es necesario un cambio"

Monseñor Enrique Figaredo, prefecto apostólico de Battambang, confirma "la extrema pobreza" en la cual vive una "parte consistente de la población". La riqueza "no está distribuida en modo equitativo", el país necesita de un cambio "pacífico".

Phnom Penh (AsiaNews)- "La pobreza, la extrema pobreza en la cual vive actualmente una parte demasiado consistente de la población camboyana" es uno de los frenos principales para el desarrollo del país; ésta comporta "aspectos concretos sobre las esperanzas de vida de la gente, sobre su salud y su acceso a la instrucción", tal como afirma Monseñor Enrique Figaredo, prefecto apostólico de Battambang (una de las 3 circunscripciones de la Iglesia católica de Camboya). El prelado es también vice-presidente de CELAC, la Conferencia episcopal de Laos y Camboya, y presidente de la Caritas Camboya. En  este cargo él participa en la Campaña anual de Caritas Francia- Socorro católico, en programa desde el 12 al 18 de mayo, durante la cual intervino en calidad de relator. En una entrevista, Figaredo explica que la persistente pobreza es causa de un "consistente flujo migratorio" que involucra "en particular a los jóvenes, que dejan nuestra región de Battambang", que dejan las zonas rurales para vivir en las grandes ciudades. Las metas privilegiadas son Siem Sihanoukville o Phnom Penh, pero "también son muchos los que emigran al extranjero, por ejemplo a Tailandia".


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En Camboya, el agua corriente ofrece a los aldeanos un nuevo comienzo







Los aldeanos instalan un sistema de tuberías para canalizar agua de la casacada de Chambok hacia los pueblos cercanos. Foto: Mlup Baitong/PNUD Camboya

Prácticamente no hay espacio libre en el patio trasero de Kri Ven. Después de que su hogar camboyano fuera conectado a un sistema de agua corriente, sus 300 metros cuadrados de tierra albergan ahora hileras e hileras de plantas como la col, el rábano y la caña de azúcar.

“Estoy muy feliz de tener mi propia granja, donde cultivo hortalizas para ganarme la vida”, afirma Kri Ven, de 28 años de edad, del municipio de Chambok.

En este municipio, a unos 120 kilómetros al oeste de la capital, Phnom Penh, los días de escasez de agua son cosa del pasado. El sistema de agua corriente, que antes sólo suministraba a los habitantes de la ciudad, por fin ha llegado a las viviendas rurales de unas 600 familias. Y gracias a este nuevo servicio, los aldeanos no dudan en transformar sus patios en cultivos de hortalizas para su propio uso y para la venta, y obtener así ingresos adicionales.

El sistema de tuberías forma parte del proyecto de ayuda a las comunidades rurales de Camboya para su adaptación al cambio climático. El proyecto está financiado por el Organismo Sueco de Cooperación para el Desarrollo Internacional (SIDA, por sus siglas en inglés) y ejecutado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) a través de su Programa de Pequeñas Donaciones.

El municipio de Chambok es conocido por una cascada natural que constituye una atracción turística. Sin embargo, esa misma agua estaba hasta ahora fuera del alcance de sus habitantes, que no podían permitirse el lujo de tener un sistema de agua corriente para canalizar el agua hacia sus hogares. En la estación seca, el agua potable era un bien escaso, y los aldeanos pasaban un promedio de dos horas al día yendo a buscar agua de arroyos o pozos. Algunos tenían que pagar 2.500 rieles (0,65 dólares) por un depósito de 200 litros que duraba un solo día. El precio puede parecer insignificante, pero para muchos campesinos pobres es oneroso.

“Eran indescriptibles las dificultades para conseguir agua, antes”, afirma Ros Heng, una madre de 29 años de edad y tres hijos. “Mi esposo no tenía tiempo libre porque tenía que sacar agua del pozo para cocinar, beber y lavarse."


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http://www.ar.undp.org/content/undp/es/home/ourwork/ourstories/in-cambodia--piped-water-offers-villagers-a-fresh-start/